Mis versos son verdades incompletas, nacidas en los instantes de una mirada entre párpados intimidados; un acercamiento fugaz a la forma en que unos brazos yacen apoyados, al color brillante de un suspiro, a la exigencia de alegría o tristeza que guardan los pequeños gestos que apenas se perciben, a las lágrimas de la emoción estética...; afloran como un saber dormido en una idea que despierta.

porque yo, soy poeta, leo las almas

y cuento las lágrimas de la vida.

(Pasos de Arco Iris, 2ª edición. Amarillo-Violeta, poema XVIII).

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Me gusta definirme como: "amiga de las Horas, que custodian las puertas del cielo, de la lluvia, el silencio y sus colores".

sábado, 7 de marzo de 2015

LOS BUENOS MODALES




Los buenos modales forman parte del lenguaje social, un lenguaje necesario para manejar con armonía una situación en la que el espacio se comparte con otros. Son una forma de manifestar respeto al tiempo que uno se siente respetado. Pero yo iría más allá, incluso cuando uno está solo, mantener los buenos modales, sin dejarse llevar, demuestra respeto por uno mismo.
A mí, aunque me miren con extrañeza y me llamen “Friki” (cosa que por otra parte no sé muy bien que quiere decir), me gustan todos los ceremoniales que forman parte de la cortesía, creo que son la cúspide de la civilización y denotan cierto ritmo armónico en las relaciones humanas: como un exquisito ballet de Chaikovski donde cada movimiento está perfectamente estudiado, realizado con la disciplina y el control del espacio-tiempo preciso. De esta forma la relación con los demás se embellece, tanto si pertenecen a tu familia y amigos más allegados como si son personas desconocidas.
Por desgracia en estos tiempos que nos ha tocado vivir, los buenos modales no están de moda, es raro encontrar personas que se conduzcan con cortesía; de hecho, cuando encuentras una persona cortés, te emocionas y te sientes reconciliada con el ser humano porque te devuelve la esperanza en la fuerza y poder de lo bueno sobre lo zafio y mediocre.

Los buenos modales hacen más fáciles las relaciones humanas y embellecen la vida; son, por tanto, un acto de amor hacía los demás.



THE GOOD MANNERS


Good manners are part of the social language, a harmony needed to handle a situation in which the space is shared with others. They are a way of showing respect to time one feels also respected. But I would go further, even when one is alone, keep the good manners, without getting into sloth, shows respect for oneself.
To me, although they look at me as if I were strangely and they call me “Friki” (which moreover do not know very well that means), I like all the ceremonials of the courtesy, I think they are the cusp of civilization and denote some harmonic rhythm in human relationships; like an exquisite ballet of Tchaikovsky where every move is well studied, performed with the discipline and control of space-time accurate. In this way, the relationship with the others is embellished, both if they belong to your family and close friends as if they are unknown.
Unfortunately in these times that we live, good manners are not fashionable, it is rare to find people who conduct themselves with courtesy; in fact, when you find a courteous person, you get excited and you feel reconciled with humans because gives hope in the strength and power of good over the uncouth and mediocre.

Good manners make easier human relationships and embellish life; they are, therefore, an act of love towards others.