Mis versos son verdades incompletas, nacidas en los instantes de una mirada entre párpados intimidados; un acercamiento fugaz a la forma en que unos brazos yacen apoyados, al color brillante de un suspiro, a la exigencia de alegría o tristeza que guardan los pequeños gestos que apenas se perciben, a las lágrimas de la emoción estética...; afloran como un saber dormido en una idea que despierta.

porque yo, soy poeta, leo las almas

y cuento las lágrimas de la vida.

(Pasos de Arco Iris, 2ª edición. Amarillo-Violeta, poema XVIII).

*

Me gusta definirme como: "amiga de las Horas, que custodian las puertas del cielo, de la lluvia, el silencio y sus colores".

martes, 30 de octubre de 2018

1 y 2 de noviembre días para honrar a los Justos y recordar a los que ya no están.


Para celebrar estos días os brindo mi nuevo poema:


LA ARMONÍA DE LOS JUSTOS

Huid del ruido que atrapa sin tregua
los bordes frágiles del valor,
porque solo se es en silencio;
solo en la pureza de la quietud primigenia 
que el espacio contiene en su regazo,
afloran los acordes de la voz interna
y la voluntad, mirándose hacia dentro,
armoniza su sonido íntimo con lo eterno.
Es en el eco propio de la noche silente
donde emergen intactos 
los recuerdos de la casa del espíritu
y las manos delgadas de los siglos 
se aproximan con solidez liviana  
al cauto transcurrir de tu aliento;
y, como si fueran sueños lúcidos, 
abrazan tu atención susurrando 
el canto callado de los anhelos
que el viento guarda entre sus nombres.
En su centro efervescente 
se dibujan los perfiles del futuro. 
¡Ah si al amparo de la quieta noche
pudiéramos cambiar los destinos
guardados en la confusión! 
Cambiarlos solo pensando 
en sus enigmáticos y aciagos rumbos.
Pero tan solo nos es lícito aliviar la mente
engañando la algarabía con reflejos ilusorios 
de una realidad cercana a lo ideal. 
Y aún así, solo hasta que la luz reclama
su verdad áspera y árida y el día, 
derramando sus horas,
impone su cotidiano asedio y nos desvela
su estrépito tal cual es, 
una maraña desordenada de gritos
alejándose sin calma de su propósito puro de sosiego.
¡Si pudiéramos llenar el día con chispas fértiles,
briznas escogidas de los sueños vivos 
custodiados en la quietud muda de la noche!
Quizá podríamos abrir un universo fascinante de paz.

(© Florentina Gómez Guasp. Todos los derechos reservados)