Mis versos son verdades incompletas, nacidas en los instantes de una mirada entre párpados intimidados; un acercamiento fugaz a la forma en que unos brazos yacen apoyados, al color brillante de un suspiro, a la exigencia de alegría o tristeza que guardan los pequeños gestos que apenas se perciben, a las lágrimas de la emoción estética...; afloran como un saber dormido en una idea que despierta.

porque yo, soy poeta, leo las almas

y cuento las lágrimas de la vida.

(Pasos de Arco Iris, 2ª edición. Amarillo-Violeta, poema XVIII).

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Me gusta definirme como: "amiga de las Horas, que custodian las puertas del cielo, de la lluvia, el silencio y sus colores".

domingo, 18 de agosto de 2019

LA MIRADA DEL POETA Y DEL PINTOR

La mirada del poeta y del pintor se parecen mucho; ambos, al observar, nos unimos a la luz e intuimos más allá de lo que muestra. Son breves momentos, fulminantes albores en los que nos atrapa la grandeza de una leve sonrisa que se escapa, la profunda tristeza de unos ojos llenos de pesar; o sencillamente, un soplo puro de tiempo en el que todo es exacto y rebosante de plenitud. No somos siempre conscientes de ello, con frecuencia nos defendemos de esa sensibilidad, porque captar las cosas con tanta intensidad nos hace frágiles. La luz en nosotros se abre con una realidad diferente, despejada de lo que, a simple vista, el ojo ve. Lo que oculta en su interior se nos aparece en escalones variados, enlazados con tonalidades diversas de color, desde aterciopelados sonidos envolventes hasta chirriantes grises llenos de estridencia; todo ello unido en un punto que asume la totalidad. Es un instante apenas, pero posee nuestro ser con una clarividencia casi mística.

Confieso que mis sentidos aman la obra de Braque. Sus cuadros se apoderan de mi atención en el mismo instante en que mis ojos los ven. Cualquiera de sus obras atrapa mi mirada, absorbiendo de tal manera mi ánimo que desaparece el mundo circundante y entro en comunión con los colores y las formas; es una especie de armonía íntima, que me llena de una exultante paz. 

¿Porqué nos gustan unos cuadros más que otros? o, ¿porqué hay poemas que nos emocionan y otros no captan nuestro interés?  
No tengo respuesta, supongo que existen afinidades que tienen que ver con la peculiar forma de ser y procesar las experiencias vividas; sutiles tendencias al manejar la realidad y su comprensión, que traspasan el tiempo y el espacio. 

©Florentina Gómez Guasp, todos los derechos reservados