Mis versos son verdades incompletas, nacidas en los instantes de una mirada entre párpados intimidados; un acercamiento fugaz a la forma en que unos brazos yacen apoyados, al color brillante de un suspiro, a la exigencia de alegría o tristeza que guardan los pequeños gestos que apenas se perciben, a las lágrimas de la emoción estética...; afloran como un saber dormido en una idea que despierta.

porque yo, soy poeta, leo las almas

y cuento las lágrimas de la vida.

(Pasos de Arco Iris, 2ª edición. Amarillo-Violeta, poema XVIII).

*

Me gusta definirme como: "amiga de las Horas, que custodian las puertas del cielo, de la lluvia, el silencio y sus colores".

martes, 17 de diciembre de 2024

UNA NUEVA NAVIDAD Y UN NUEVO AÑO

La navidad y el fin de año invitan a reflexionar sobre la fugacidad del tiempo.

 

Tiempo, paloma frágil que vuela entre suspiros; lo que queríamos que fuese, apenas es y ya es pasado. ¡Qué misterioso es su transcurrir! El tiempo abstracto, común a todos, es sólo una guía que ordena las horas, pero no es el nuestro, no es el que rige nuestro sentir, el íntimo que se mueve siempre entre condicionales, que percibimos a veces rápido otras, en cambio, con extrema lentitud, que se nos escapa en la vorágine del transcurrir de los días sin llegar a sentir su intimo poder desafiante. 

Existen, no obstante, algunos momentos que detienen, de pronto, el ritmo de su frenético devenir y de forma cautivadora nos muestran su condición libre, desnuda de todo artificio que desvíe la voluntad de lo esencial, en ellos podemos intuir con una extraña lucidez lo más genuino de nosotros, lo más puro que nos define. Son ráfagas de energía que nos impulsan, que nos hacen sentir vivos. Intuiciones fugaces que desatan una poderosa emoción atrayente y expansiva que reclama nuestra atención para ser pensada, vivida y comprendida; el éxtasis que nace de esta experiencia entra en tropel en la memoria cambiando el rumbo de las ideas de una forma renovadora que se hace nuestra para siempre. 

En estos momentos extraordinarios percibimos con una clarividencia especial porque, por encima de todo, “SOMOS”; nuestros sentimientos, pensamientos y actos son una unidad de la que somos protagonistas; son instantes supremos en los que rozamos el ala de los ángeles.

También son puntos de encrucijada en los que cristaliza una decisión, que ha ido madurando en la mente y nos libera, dando un primer paso en nuestro propio camino.

¿O tal vez sea mejor dar un paso atrás y regresar a un mundo que creemos más confortable?

Ser protagonistas de nuestra propia historia o tal vez ser una comparsa de otras voces que desafinan nuestro canto. 

Es un dilema que cada uno debe resolver; en todo caso, quién ha vivido uno de esos momentos de libertad plena de espíritu, tiene más gamas de vivir.

 

 

EL TIEMPO ES EXTRAÑO

 

El tiempo es tan extraño,

su ritmo silente de luz y sombra

nos alcanza desgranando las horas. 

En su transcurrir somos tan solo 

pequeños soldados de sus fracciones, 

diminutas figuras cambiantes 

luchando desarboladas 

contra su exactitud implacable.

¡Es tan extraño el tiempo!

A veces parece tan próximo,

tan cercano a nuestro acontecer,

que casi podemos palpar

las diminutas partículas 

de su dorado péndulo centelleante,

sorberlas con el aire que habita 

en el terreno vivo, ese espacio neutral 

en el que somos lo que queremos ser.

Otras veces huye de nuestros labios 

y desafiante cabalga sobre las luces, 

afinando los pulmones con notas rotas,

entrecortadas,

que despiden los años entre nieblas

de dudoso espesor.

Y nosotros, puntos solitarios del universo,

siempre al filo de su enigmática brevedad,

vamos de ayer a hoy en busca del mañana.

Volver atrás, llegar aquí, marchar en pos,

todo por llegar a ser

aquellos que soñamos un día de sol claro

en nuestra ficción oculta,

antes de que tomara las riendas

su vencimiento,  

antes de que fuéramos juguete 

de su ajeno devenir.

¡Qué extraño es el tiempo!

 

“Los espacios sinuosos del tiempo”

© Florentina Gómez Guasp

 

  

Feliz Navidad y que el año próximo os traiga cada día, al menos, un momento de serena Felicidad.



© Florentina Gómez Guasp


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