HONREMOS
Este 1 de noviembre, día para
honrar a los Justos, a la Buena Gente, quiero empezar con una reflexión sobre
las ideologías. Es verdad que en principio unas ideas parecen más justas que
otras, mejores para el bien común, yo lo he creído siempre; pero también es
verdad que las ideas dependen de los hombres que las ostentan y de sus fines
profundos. Los hombres justos y buenos, cualquiera que sea su ideología, siempre
buscarán el bien en sus acciones; nunca crearán enfrentamientos ni buscarán
guerras porque su instrumento es el amor; construir un mundo mejor y más justo es
su fin profundo. Puede que a veces se equivoquen, errar es humano, pero en ese
caso buscarán resolver su error reconduciéndolo, en la medida en que les sea
posible, hacia algo bueno porque esa es su naturaleza. Son el Bien. Todos
conocemos gente así, aunque últimamente parece que solo existe la gente que se
rige por el espíritu de destrucción, gente que avasalla y retuerce la verdad
acusando a los que sufren su maldad de ser ellos los que avasallan. Gente que
toma cada vez más espacio dejando sin aire a los demás. Son un viento negro que
recorre el mundo desde cada pequeña comunidad oscureciendo la vida. Son, en
realidad, pocos, pero poderosos porque no sienten remordimiento, porque no les
importa hacer daño, porque nunca asumen las consecuencias de sus actos. No les
afecta el mal que hacen o han hecho, siempre encuentran alguien a quien cargar
con sus culpas, sobre todo si se trata de buena gente que se compadece de ellos.
Debemos estar alerta porque la mala gente usa la bondad y el bien que de ella
se deriva, es decir, lo mejor del ser humano, para dominar y subyugar a los
demás. Para ello se apoderan del concepto de bondad, de justicia y de cualquier
otro que pueda serles útil, amoldándolos a sus intereses de forma que se
ajusten a sus fines destructivos. Una vez se han otorgado la posesión de los
buenos sentimientos, pretenden venderte tu propia bondad a modo de chantaje:
serás bueno si haces lo que ellos te dicen que hagas, si obedeces su
maquiavélico plan, de lo contrario te tachan de malvado, te menosprecian, te
insultan y si pueden te destruyen. Para ellos es sencillo, porque destruir, hacer
daño es su natural. Son el Mal. Sé muy bien, que hablar del Bien y del Mal no
está de “moda”; el Bien y el Mal son términos sometidos a la dictadura de lo
políticamente correcto, pero por mucho que se quiera negar, el Mal existe y solo
el Bien puede frenarlo. En estos tiempos todo es negociar y dialogar. No se
puede dialogar o negociar con el mal porque el mal se rige por el espíritu de
destrucción, su instrumento es el odio; odian como excusa para conseguir su fin
profundo: destruir por el placer de destruir. Todos conocemos gente así, la
tenemos cerca y para que no nos opriman usando nuestra propia bondad como arma
arrojadiza no es mala política seguir las máximas de Quinto Fabio Máximo,
denominado “Cunctatur”, sin olvidar, claro está, que es sólo una táctica para
vencer porque es responsabilidad de todos preservar el Bien sobre la tierra, de
lo contrario nos envolverá la oscuridad.
Y
RECORDEMOS…
Cuando una buena persona, a la que
quieres, muere, te sientes paralizado, no aciertas a comprender porque ese
relato de futuro que habías construido se rompe para siempre, te cuesta
construir la rutina de la desaparición. Te sorprendes recordando cualidades que
le definían en las que antes no habías pensado; descubres que tienes especial
cariño a esa cafetería donde tomaba café o, al dar tu habitual paseo, tus ojos
buscan ese rincón de la plaza donde se despedía para emprender su camino a casa.
Mediante estas pequeñas cosas, te vas haciendo a la idea de su marcha y unes su
recuerdo al recuerdo de otras buenas personas a las que has querido y que ya no
están. Todos ellos forman un conjunto de voces interiores, de marcas impresas
en los pilares de tu voluntad que te sostienen en los momentos difíciles, que
son puntos de apoyo en decisiones importantes porque escuchas en el silencio de
tu interior la voz de su experiencia. También en las alegrías y en los éxitos
sientes como su recuerdo baila tejiendo la música de tu júbilo. Tus recuerdos son
parte de tu historia particular y única, cimientos sobre los que construyes el
edificio del futuro.
Dediquemos un rato a sembrar en
otros el recuerdo de todas las buenas personas que conocimos y perdimos para
que lo hagan propio, porque cuando una buena persona desaparece, todos perdemos
algo.
ONE AND TWO OF NOVEMBER, DAYS TO HONOR
AND REMEMBER
HONOR
This November 1, day to honor the Righteous, the Good
People, I want to start with a reflection on ideologies. It is true that in
principle some ideas seem more just than others, better for the common good, I
have always believed that; but it is also true that ideas depend on the men who
hold them and their deep ends. Righteous and good men, whatever their ideology,
will always seek good in their actions; his instrument is love, to build a
better and more just world is his profound end. They may sometimes make
mistakes, to err is human, but in that case, they will seek to resolve their
error by redirecting it, as far as possible, to something good because that is their
nature. They are The Good. We all know people like that, although lately it
seems that only exists people who are ruled by the spirit of destruction,
people who overwhelm others, people who subjugate and twist the truth accusing those who
suffer their evilness to be the ones who overwhelm. People who take more and
more space leaving the others without air. They are a black wind that travels
the world from every small community obscuring life. They are, in fact, few,
but powerful because they do not feel remorse, because they do not mind doing
harm, because they never assume the consequences of their actions. They are not
affected by the evil they do or have done, they always find someone to bear
their guilt, especially if it is good people who have compassion for them. We
must be alert because the bad people use the goodness and the good that derives
from it, that is, the best of the human being, to dominate and subjugate others.
For this, they take over the concept of Goodness, Justice and any other that
may be useful to them, adjusting them to their interests in such a way that
suits their destructive ends. Once theirs have appropriated of the possession
to the good feelings, they try to sell you your own goodness in the same way
that a blackmail: you will be good if you do what they tell you to do, if you
obey their Machiavellian plan, otherwise they will brand you as evil, despise
you they will insult you and if they can they destroy you. For them it is
simple, because to destroy, to do harm is their natural. They are The Evil. I
know very well that talking of Good and Evil is not "fashionable";
Good and Evil are terms submitted to the dictatorship of politically correct,
but however much one wants to deny, Evil exists and only Good can stop it. In
these times everything is only negotiate and dialogue. You can not dialogue or
negotiate with evil because evil is governed by the spirit of destruction, its
instrument is hatred; they hate as an excuse to achieve their deep end: to
destroy for the pleasure of destroying. We all know
people like that, we have them close and so that they do not oppress us using
our own goodness as a throwing weapon. It is not bad policy to follow the
maxims of Fifth Fabius Maximus, called "Cunctatur", without
forgetting, of course, that it is only a tactic to be victorious because it is
responsibility of all of us to preserve the Good on earth, otherwise the darkness
will envelop us.
AND REMEMBER ...
When a good person, whom you love, dies, you feel
paralyzed, you can not understand because that story of the future that you had
built is broken forever, it is hard for you to build the routine of the
disappearance. You surprise yourself by remembering qualities that defined him
in which you had not thought before; you discover that you have a special
fondness for that cafe where he usually drank coffee or, when giving your usual
walk, your eyes look for that corner of the square where he always said goodbye
to start his way home. Through these little things, you start assume the idea
of their leaving and you join their memory to the memory of other good people
whom you have loved and who are no longer here. All of them form a set of inner
voices, of brands printed on the pillars of your will that sustain you in
difficult moments, which are points of support in important decisions because
you listen in the silence of your interior the voice of their experience. Also
in the joys and successes you can feel as their memory dances weaving the music
of your joy. Your memories are part of your particular and unique history, the
foundations on which you build the edifice of the future.
Let's dedicate a moment to sow in others the memory of
all the good people we met and lost so that they can make it their own, because
when a good person disappears, we all lose something.
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