CRISÁLIDA
Ahora que la aurora
abre sus colores amarillos
y el mundo
ya no tiene paredes,
ten cuidado,
pequeña amapola vespertina,
porque el sol quema
las delicadas alas de las mariposas
y la fría mirada del invierno,
seca sus colores cálidos.
Debes saber que las apariencias
son engañosas:
las rosas tienen espinas
y las luces, a veces,
son solo oscuridades
olvidadas por la noche.
Desconfía del canto de los juncos,
arrastran a ciénagas peligrosas
de las que no se sale.
Y guárdate
de las noches tormentosas
porque las zarpas del viento,
arañan
las manos aterciopeladas del alma.
Solo la amorosa primavera
crea armonías libres
para germinar.
¿Cómo explicarte, crisálida,
todas estas cosas,
si tus ojos solo ven el infinito?
(“Pasos de Arco Iris”, Amarillo-Violeta ©Florentina Gómez Guasp)
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