En estos días, saturados de confusión, me refugio
imaginando bosques de libros donde las palabras
enseñen las luces del amanecer a los niños;
y sus árboles cargados con los frutos del saber
sean los pilares de la savia que libera al hombre.
La poesía siempre es el refugio del alma, algunos versos para estos tiempos inmersos en el desconcierto:
EXISTEN ACORAZADOS
Existen acorazados
que se adentran
con mandatos secretos
en la profundidad del ser,
sin palabras.
Nacen en otros,
otros que niegan sus tinieblas,
ocultos, en la severa sombra
de su espejo sin alma.
A veces,
crees que se verán en él
porque la oscuridad canta
y enciende una luz;
pero el amanecer la apaga
y el día la guarda
sin acordar la memoria.
DÍAS SIN LUZ
Hay días vacíos de luz,
en los que el tiempo
tiene
solo horas marchitas,
vacías del verde
o el rojo de sus pétalos.
Días largos,
grabados en los rostros,
con forma
de desesperación gris;
en ellos,
no existe ningún otro color
que adquiera
la posesión de los ojos.
Días mudos,
silenciados por la oscura
noche larga
donde ya no queda música.
También aquí llegó,
vino con una larga fila
de pequeñas sombras,
ennegrecidas
en un ademán de adioses;
vino para quedarse o irse,
después de muchos años.
Se adentró en los rostros
alargando las miradas
hasta el infinito gris;
desde ella,
los dormidos ojos de la noche
nos contemplan.
“Alargados grises”
Copyright © 2012 Florentina Gómez Guasp
Todos los derechos reservados
ISBN 10: 1483903338
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